Enerbosque Extremadura, compañía dedicada a la producción, compra y comercialización de biomasa, ha cambiado su denominación a Veolia Biomasa España. La empresa, que pertenece en su totalidad al Grupo Veolia, nació en 2010 con el objetivo de trabajar con un combustible limpio y medioambientalmente sostenible como es la biomasa. Este cambio de denominación surge de la necesidad de plasmar con mayor precisión la realidad del alcance de las actividades de la compañía.
Veolia es el referente mundial en la gestión optimizada de los recursos: energía, agua y residuos. Con sus tres actividades complementarias, contribuye al desarrollo de las ciudades y las industrias y al fomento de la economía circular. En varios de sus contratos, Veolia apuesta por el uso de la biomasa, ya que es una fuente de energía renovable económica y respetuosa con el medio ambiente debido a que reduce las emisiones de CO2 emitidas a la atmósfera. En este sentido, gracias a su experiencia y especialización, Veolia Biomasa España es el vector adecuado para canalizar de forma unificada la gestión de la biomasa en Veolia, así como el aprovechamiento de materiales para su posterior reutilización.
Red de calor en Móstoles
Una de las principales redes de calor de biomasa de Veolia es Móstoles Ecoenergía, una central ubicada al sur de Madrid que abastece de calefacción y agua caliente sanitaria a 2.500 viviendas en Móstoles. Esta red de calor reduce un 15% el coste energético de los vecinos a los que da servicio y evita la emisión de 9.000 toneladas de CO2. Veolia Biomasa España produce y abastece a la planta el combustible a partir de astilla forestal que proviene de la limpieza de los bosques españoles. Veolia gestiona también la red de calor y frío con biomasa de Ecoenergies Barcelona, que suministra de energía térmica a clientes residenciales, industriales y del sector terciario de Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat. Esta red, que integra soluciones 3,7 veces más eficientes que las convencionales, permite un ahorro del 1% del consumo de electricidad de la ciudad de Barcelona y reduce su huella de carbono, ya que evita la emisión de 13.400 toneladas de emisiones de CO2 cada año.