En una jornada organizada por Unión por la Biomasa en el marco de la feria Genera del pasado mes de junio, COSE (Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España) volvió a incidir en el valor añadido que aporta la energía de la biomasa.
Durante el encuentro se pusieron de manifiesto varios datos que demuestren el enorme potencial energético de la biomasa en nuestro país. La superficie forestal en España es de 27.664.674 has, el 57% de nuestro territorio. Nuestro país se sitúa en tercer lugar de Europa en superficie forestal arbolada, sólo por detrás de Suecia y Finlandia, con un ritmo anual de crecimiento del 2,19 %, muy superior a la media de Europa (0.51%). Indudablemente, España es un país forestal.
La posibilidad anual (madera para extracción que podría cortarse) es de aproximadamente 46 millones de metros cúbicos, siendo el volumen de cortas de 19 millones de m3. La tasa de extracción, por tanto, es del 41%, mientras que la europea es del 69%. Hay capacidad de aumentar la producción sin sobrepasar la capacidad del bosque.
Un magnífico combustible 100% renovable
La biomasa forestal es el biocombustible de calidad por su alto poder calorífico y pureza, contribuyendo a la economía rural y al mantenimiento de los bosques, reduciendo su carga combustible y por tanto disminuyendo el riesgo de incendio. Todo son ventajas que hay que tener en cuenta a la hora de valorizarlo y apostar por su consumo.
Por cada megavatio eléctrico instalado con biomasa supone 11 empleos directos e indirectos, 8.000 MWh de energía renovable (el consumo eléctrico de 2.500 hogares) y la captura de 6.250 t de CO2 al año.
Por cada megavatio térmico instalado, se pueden cubrir las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria de 150 viviendas, con un número de similar de puestos de trabajo generados.
Es un recurso de proximidad, estratégico para la implantación de la bioeconomía y la economía circular, que serán los factores que impulsarán la demanda en el futuro.
Un marco normativo adecuado
Según COSE, “necesitamos un marco normativo adecuado con medidas dinamizadoras como un plan de estimulación para el sector de la bioenergía donde el gobierno recupere su inversión”.
La Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España asegura que el destino eléctrico de la biomasa se encuentra totalmente impedido por diferentes medidas adoptadas por el Gobierno. La generación de energía eléctrica con biomasa tiene un efecto positivo en las arcas nacionales, tal como demostraron los estudios de Unión por la Biomasa y la experiencia de los países más avanzados de Europa
El destino térmico avanza lentamente por los excesivos requerimientos de financiación de los proyectos y la implantación previa de sistemas de generación con combustibles fósiles.
“Para dar un impulso definitivo al desarrollo de la biomasa habría que potenciar su consumo desde los órganos de gobierno y tomarse en serio en la política energética, dar facilidades de financiación a los proyectos energéticos, contar con unos incentivos fiscales que atraigan la inversión en el sector de la bioenergía y favorecer la agrupación de los productores/propietarios forestales para organizar una oferta sólida que genere una demanda estable”, aseguran desde COSE.